A llegada a los fogones de su chef, Rafa Centeno, fue toda una casualidad. Tras vivir durante su juventud fuera de su tierra natal, regresar a Galicia y diplomarse en Relaciones Laborales, en el año 2001 decide abrir su propio restaurante en Vigo, y bautizarlo, rindiendo homenaje a la que fue su suegra, Maruja. A partir de ese momento, se desarrolla como chef autodidacta y convierte sus creaciones culinarias en una forma de expresión artística muy personal, en una búsqueda incesante de su propia identidad. En Maruja Limón la cocina gallega se actualiza y se vuelve divertida, combinando sabores y texturas para despertar emociones.